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EL FURBO, LA SOCIEDA’ Y LA CASTA

Por Brian Román

El clima social del país se tiñe de esperanza, como cada cuatro años, cuando nuestra selección Argentina participa de la Copa del Mundo, desapareciendo cualquier tipo de diferencia política que exista. La unidad nacional, concepto que preocupa a la filosofía política clásica, encuentra su punto más alto justamente en estos momentos. Sin embargo, para sorpresa de unos pocos, el Congreso se transformó -nuevamente- en una usina bochornosa de disputas, propias de una corporación política cada vez más decadente.


“Las divisiones se olvidan, la bandera argentina flamea en los balcones de las casas y la camiseta argentina inunda las calles.”


Me resulta curioso notar cómo la Scaloneta logra un grado de representación mucho más alto de la sociedad, que la casta política que cada dos años nos toca elegir. Ese mismo grado de representación se traduce proporcionalmente en el grado de presión que sufre el plantel a la hora de vestir la camiseta. Tal vez por esa costumbre tan natural que tenemos de buscar siempre a quien pueda salvarnos, pues una sociedad aflijida, por los males que enfrenta desde tiempos que ya todos conocemos, canaliza todas sus penurias en un grupo reducido de 26 jugadores que practican el deporte más apasionante de todos. Una sociedad que se deja llevar por el sentimiento de patriotismo aflorante cuando la Scaloneta entra en el terreno de batalla. Interprétese esto último cuasi-literalmente, pues el argentino no entiende de matices y este tipo de cuestiones que impactan directamente en el orgullo nacional son consideradas de vida o muerte.


Cuando Argentina gana, el dólar se plancha, la inflación desaparece, no existen Kirchneristas, ni Macristas, ni Libertarios, ni Marxistas, ni Abortistas, ni Providas, ni River, ni Boca. Las divisiones se olvidan, la bandera argentina flamea en los balcones de las casas y la camiseta argentina inunda las calles. Los monumentos de las ciudades abandonan cualquier tipo de color político partidario y se visten de celeste y blanco. Allí la patria está implícita.


“Pareciera que la política va a contra-mano del resto de la sociedad: una sociedad unida por el sentimiento nacional que genera la Scaloneta, mientras los Diputados se insultan en plena sesión.”


De lo anterior, se desprende en mi la siguiente pregunta: ¿Qué sucede, entonces, con aquel grupo de personas que está en el Congreso y que, supuestamente, nos representan? ¿Está fallando el sistema de representación o es la sociedad la que abandona su esencia hasta que termine el Mundial? Yo soy partidario de los que piensan que la política ha infectado a la sociedad con grietas superfluas para que el “status quo” se mantenga tal cual como está. Pareciera que la política va a contra-mano del resto de la sociedad: una sociedad unida por el sentimiento nacional que genera la Scaloneta, mientras los Diputados se insultan en una sesión. La escena bochornosa que aconteció hace unos días en el Congreso de la Nación es una muestra totalmente alejada de la realidad que vive el resto de la sociedad. Un Congreso desunido, con gritos y gestos obcenos de un partido a otro. Un Congreso cuyos Diputados se muestran asincrónicos. Con esto no valido el dejar de combatir la inflación por un mes, como dijo la Ministra de Trabajo, pero si valido el dejar de buscar ese ventajismo político berreta al que nos tiene acostumbrado esta corporación política. Valido que se deje de homenajear a figuras corruptas que han aportado a la destrucción de este país. Valido poner a la bandera argentina por sobre cualquier partido y persona, tal como sucede en estos momentos a lo largo y ancho del territorio.

Lo que menos espero es que el lector interprete mis líneas como una reivindicación al nacionalismo estatista. Estoy en las antípodas de ello. La finalidad es dejar a la luz la existencia de una patria que ha sido invisibilizada por banderas, que lejos de resaltar nuestra identidad, pregonan la desunión de todo el tejido social.


Desde este humilde lugar celebro el fervor que despierta un torneo de esta magnitud.

Vamos Argentina y VIVA LA PATRIA.

¿Yo? Argentino.

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