Mal que nos pese, tenemos que advertir que hoy nuestro sistema político no cuenta con ningún ingrediente activo que pueda curar la decadencia.
El próximo gobierno, cualquiera que sea, ya fracasó:
– El punto de partida será harto difícil
– Habrá errores no forzados
– Lo que es determinante, los perdedores, en todos los casos, lo atacarán con toda furia
El problema es el sistema
Estamos atrapados en un sistema político que se fue moldeando a partir de la organización verticalista que gobernaba el virreinato.
Hoy no se trata de supuestos dones sobrenaturales de uno u otro líder endiosado por los medios en Buenos Aires.
No hay solución posible en la continuidad del modelo de caudillos partidarios; para mantenerse en el centro de la escena ellos necesitan estar todo el tiempo fogoneando el conflicto.
El poder y su dinero a la gente, en todo el país
La solución pasa por cambiar el sujeto en la acción política.
Hay que dar por terminado el ciclo de “los representantes” y mudar hacia un gobierno de la gente, por la gente y para la gente (Abraham Lincoln).
Necesitamos una reforma política
Hay que parar en seco la bola de demolición peronismo-anti peronismo.
Es imperativo instalar un sistema político que sea capaz de administrar la diversidad tal como somos hoy.
Para gatillar el debate, propongo llevar nuestra mirada hacia los sistemas políticos de Australia y de Suiza, países que logran brindar seguridad y calidad de vida a su gente.
Gracias por leer.
