javier milei candidato de libertad avanza 340d - LAS FUERZAS DEL CIELO

LAS FUERZAS DEL CIELO

Pasadas las 22:30 del domingo 13 de agosto, luego de una larga espera, el país se vio shockeado por los resultados del escrutinio de las elecciones PASO. Ni el más optimista de los votantes de La Libertad Avanza (LLA), ni el más pesimista de Juntos por el Cambio (JxC) o Unión por la Patria (UxP), habían fantaseado con un resultado como este. El desconcierto fue para propios, pero fundamentalmente para ajenos. A los primeros, hablando de LLA, pareciera ser que este viento a favor les está ordenando; mientras que los segundos, JxC y UxP, todavía están buscando jusificaciones para acomodar la realidad a su cosmovisión con intentos hasta el momento erráticos. Como si ese viento haya hecho volar sus papeles haciendo que estos se desparramen por doquier. Es lógico. JxC creía que su interna entre Patricia Bullrich y Horacio Larreta era un ballotage. UxP, por su parte, que Massa sería el candidado más votado en términos indivuales.

Previo a entrar de lleno en foco de la nota, me gustaría dejar una pequeña reflexión: ¿Es posible hablar de democracia en un país donde no se puede garantizar una de las caractéristicas más fundamentales de esta que es el ejercicio del voto? Hemos visto el cáos que fue CABA por la pésima decisición de Horacio Rodriguez Larreta de implementar el sistema BUE a nada de que se realice la elección, en un intento por beneficiar a Martín Losuteau. Filas de personas que llegaban hasta la calle, horas de espera para votar, muchos se fueron y volvieron a las instituciones 1 o 2 veces, al momento de querer votar la máquina ejecutaba erroneamente o dejaba de funcionar. Esto último fue lo que le ocurrió a Patricia Bullrich, mientras era captada por las cámaras de todos los medios de comunicación masiva. Incluso la fiscal Servini alertó esta situación. A nivel nacional, incontables denuncias por robo y roturas de boletas partidarias. Lo reiterado por quien escribe: Argentina no adoptó un sistema democrático en su totalidad dado que muchas de las prácticas pertenecen a períodos no democráticos.

POST-PASO.

Luego de que se conociera que Javier Milei sacó el 30% de los votos, siendo el candidado más votado en términos individuales y como coalición, comenzaron los “análisis políticos” de uno y otro sector que, más que brindar una mirada objetiva de los hechos, eran un mar de sensaciones y expresiones de disgusto poco cautas. Lo que en el fondo se ve es el poco entendimiento de lo que Milei representa y cuáles son los motivos de ese 30% que lo puso en ventaja de cara a las generales de octubre.

Uno de los principales perdedores del domingo, sin dudas, es Horacio Rodriguez Larreta y su proyecto de “nueva mayoría” con la que pretendía sumar -y sumar- apoyos como si todo fuese una cuenta matemática, lineal. “Tenemos desde el Partido Socialista hasta Avanza Libertad”, repetía incansablemente en los medios. Al error de entender al electorado como un ser frío y racional e intentar regalar una de las cajas políticas más importantes a la Unión Cívica Radical (UCR) con la candidatura de Martín Lousteau en la Ciudad de Buenos Aires, se sumó uno de los problemas más complejos de resolver para todo aquel que pretende ser político y no cuenta con ello: el carisma. No existe un político sin ella. Para tratar de “humanizar” a Horacio Larreta, lo han transformado en “swiftie”, en un apasionado por Racing, en un “catador” de sandías y en una maraña de gestos poco naturales que lo han proyectado como una figura poco confiable.

Patricia Bullirch fue la vencedora de una interna que estuvo por debajo de las espectativas que había generado. El 17%, contra el 11% obtenido por su competidor directo, no la dota de la legitimidad para imponer condiciones en un escenario electoral poco claro. Aquí hay algo para destacar: JxC quedó atado, mentalmente, a ese 41% que había sacado Mauricio Macri en octubre del 2019 cuando perdió en la primera vuelta contra Alberto Fernandez. De aquí que hayan pensado que la interna era un ballotage. De aquí los constantes ataques entre sí sin medir que ello mismo era visto por la opinión pública como una disputa propia de la política tradicional. Lo lógico es preguntarse si ese 11% se quedará en JxC o migrará hacia otros espacios. La respuesta no está tan clara como la quieren presentar. La clave radica en lo que en algún momento a mencionado Patricia Bullrich muy al pasar cuando Maria Eugenia Vidal y Facundo Manes sumaban apoyo político a la fórmula Larreta-Morales: “son solo dos votos”. Nada garantiza, en absoluto, que el apoyo político del perdedor se traduzca en la transferencia de sus votos al candidato ganador. Sobre todo si se considera la relación Propuesta Republicana (PRO) – UCR. Durante el gobierno de Macri ha sido muy tensa y es hasta el día de hoy que parecen haber diferencias insalvables. La cuestión aquí es que coexisten por necesidad y no por afinidad: la UCR ha prestado su estructura en todo el terriotrio nacional y el PRO se ha valido de esa estructura presentando los candidatos que compiten. Con lo cual, quién dice que una parte de ese 11% no vaya a parar a las filas de UxP o incluso a LLA.

Otro gran perdedor en la noche ha sido Sergio Massa, que no solo salió tercero en términos colectivos y segundo como candidato más votado, sino que, además, ha perdido uno de sus bastiones principales: la interna por la intendencia de Tigre en la que competía Malena Galmarini, su mujer. ¿Cómo va a hacer para aplicar el plan del FMI con el resultado del domingo? Los manuales dicen que combinar debilidad política con devaluación descordinada es el combo perfecto para una escalada del dólar y que esto se vaya a los precios. En otras palabras, una hiperinflación, un Massazo. Sobre todo cuando el candidato que ganó propone un plan de dolarización.

El que hizo una elección regular fue Juan Grabois. Casi un 6%. Era sabido que el ganador de la interna sería el actual ministro de Economía. A pesar de las justificaciones, su candidatura fue, entre otras cosas, para que el FIT no comiera los votos de izquierda que hay dentro de UxP. ¿De cara a las generales quedarán ahí dentro? Pareciera correr la misma lógica que con JxC: el apoyo explícito no se traduce, necesariamente, en la transferencia de votos, aunque es cierto que la “psiquis” del votante de UxP dista de la del de JxC. No es lo mismo acompañar en segundo desde atrás, que tener la cara en la boleta. De hecho, esto explica una parte importante de la diferencia en el resultado de las elecciones a gobernadores y presidente.

El mismo lúnes, post-PASO, el gobierno autorizó una devaluación del dolar oficial del 22%, que si la sumamos al 10% de recargo como percepción de Ganancias anticipadas que se hizo el 24/07/2023, el porcentaje escala al 32%. El mismo día se anunció aumento de tarifas, transportes y nafta. El sector privado dejó de facturar por un día. El panorama de incertidumbre obliga a actualizar listas de precios. ¿Con esta dinámica qué garantías hay de que en 15 días no haya que volver a hacer una lista nueva? Del 14/08/2023 al 18/08/2023; es decir, 4 días, el dolar blue pasó de $605 a $760. La inflación de julio se conoció el martes: 6,3%. Pasó desapercibido el dato. Se estima que la de agosto, que se conocerá en septiembre, va a escalar a las dos cifras. En octubre, previo a las generales, deberíamos conocer el dato de septiembre que no distará de la de agosto. Algo que podría dar “GAME OVER” a las aspiraciones presidenciales de Massa. ¿Cómo va a aplicar el programa del FMI, posterior al resultado de las generales, si le va igual que en las PASO? Diciembre queda lejos aún.

EL FENÓMENO MILEI.

Si hay algo que ha quedado claro en este panorama de incertidumbre es que a sus competidores les cuesta mucho entender lo que ha generado en poco más de 2 años de haber incursionado en la política, pasando de ser un panelista de televisión, un fenómeno de redes, un fenómeno barrial y, actualmente, a un “loquito con un plan inviable”. Uno de los hitos de mayor éxito de su campaña. Lo único seguro de él es que “no puede”, o al menos eso afirman sus opositores. “No puede superar el 5% en las legislativas 2021″ -obtuvo un 17%-. “No puede alcanzar la estructura para competir a nivel nacional” -obtuvo un 30%-. Ahora “no puede llevar a la practica su plan de gobierno porque no tiene estructura ni mayorías”. Todas rotulaciones que subestiman, no solo su figura, sino a aquellos que se sienten identificados con lo que expresa. Sea por “virtud o fortuna”, Milei ha barrido todos los mitos que se construyeron.

Discursivamente, ha tejido un puente con la mesa familiar de un gran sector de la sociedad que se ve reflejada a sí misma en todo momento. Casualmente sectores medios y pobres. En reiteradas ocasiones he dicho que su figura no representa -solamente- las ideas de la Libertad, sino que es algo aún más profundo: el hartazgo de una sociedad que ha saltado de un lado a otro buscando respuestas en un sistema que solo ofrecía diferencias de forma, pero no sustanciales. Una definición que, a esta altura, parece no decir mucho, pero aún no termina de ser comprendida. ¿Quién le va a negar al electorado de LLA que ello no es así cuando hace más de 20 años hay problemas de inseguridad, economía, corrupción y un largo etcétera, y que no lo ha resuelto ni el oficialismo ni quienes hoy son la oposicion mayoritaria? Nadie. Con lo cual, este puente transporta, en sentido metafórico, al ciudadano que está escuchando lo que Javier Milei dice, lo conecta con sus emociones y es como si lo estuviese diciendo él mismo. Esta es la definición perfecta que nos da Sartori sobre la representación: “hacer presente a alguien que no está”. Ello explica, en gran medida, por qué cuando le lanzan operaciones mediaticas, su figura se hace más fuerte. Hay una vinculación íntima entre representante y representado. A su vez, hay que sumar que ha sido el único candidato al que se le ha exigido que explique su plan de gobierno -principalmente el económico-, en profundidad con escasos minutos para resolver y, en muchos casos, expuesto a preguntas capciosas de los periodistas que reciben pauta de políticos que compiten contra él. Se ha vuelto absurdo escuchar la rigurosidad de las preguntas periodísticas que le han hecho a Milei y las que le han hecho al resto de los candidatos. Todo eso crea un ambiente propicio para generar aún más desconfianza en los medios de comunicación y los políticos tradicionales. Ha marcado la agenda del debate político con su incorrección política. Es un mensaje fuerte para el electorado.

SERÁ PRESIDENTE.

Este desconcierto que ha generado el resultado del domingo, ha encendido las alarma de los políticos tradicionales que sienten la amenaza de verse frente a una reconfiguración del sistema. El margen de maniobra es corto: Si JxC y UxP se confabulan para limar la base de LLA, quedan expuestos a las prácticas de la política tradicional. Han llegado a un acuerdo para modificar la Ley de Alquileres, uno de “los campos de batalla” de esta campaña. Lo que no deben hacer, es lo que están haciendo: facilitarle el trabajo. JxC, ante la necesidad de llegar al ballotage, parece haberse corrido más al centro. Justamente lo que no pide su electorado. UxP ha presentado un proyecto para penalizar -aún más- la venta de órganos, que no se encuentra ni en el plan de gobierno de LLA, ni en las necesidades de la sociedad.

Algo que parecía que iba a subsanarse con su presencia en los comicios, terminó confirmando la tendencia de las elecciones provinciales: la abstención. Es sabido que el nivel de participación suele ser bajo en comparación con las generales. El 69% de los habilitados para votar se presentaron ante las urnas. Un número crudo. Cuando los porcentajes de participación son bajos, suelen beneficiarse aquellos que cuentan con capacidad de mover en bloque a sus votantes; es decir, quienes pueden poner micros para arrimar a sus votantes al cuarto oscuro. No se vio esa ventaja ¿Existe la posibilidad de que el votante que se movilizó en micro haya puesto en el sobre una boleta opositora? Es una gran posibilidad. Ahora viene la pregunta clave ¿Quién tiene más posibilidades de captar el voto que no se hizo? El 31% de abstención -un punto más de lo que sacó Milei- es un mensaje de deslegitimación al sistema político. En ese grupo se encuentran quienes creen que su voz no tiene sentido ser levantada. Acá gana terreno Javier Milei, por todo lo mencionado anteriormente.

Javier Milei no es el candidato perfecto. Pero ha sabido captar el clima social con la misma facilidad con la que los políticos tradicionales han destruido este país. Exigir que en 4 años resuelva un problema que arrastra décadas es un autoengaño. Gran parte de su electorado lo entiende. Gran parte del electorado de Mauricio Macri, en su momento, también lo entendió. Tendrá, de ahora en más, el desafío de amalgamar todo lo que la sociedad puso en su figura y vincular este cambio con una verdadera expresión de Libertad. Por supuesto, la sociedad tendrá su gran cuota de responsabilidad. Lo interesante es que, a pesar de ser el favorito a ganar en octubre, su discuros se ha sostenido, solo con algunos matices producto del contexto. Para octubre falta una eternidad. En el medio puede suceder cualquier cosa, incluso que lo que construyó se diluya por un error político grave. Frente a tamaño escenario que se presenta en nuestro país, la incertidumbre prima. Si previo al triunfo del domingo ya existía una marcada agenda del establishment político y mediático en contra de Javier Milei, lo que quede de aquí al 23 de octubre será solo el trailer de un futuro gobierno suyo. Pero ha quedado demostrado, como recita 1 MACABEOS 3:19, que “en la batalla, la victoria no depende de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del cielo”.

Triunfaremos ¡VLLC!

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