“En la vorágine política y económica, el ascenso de Javier Milei se muestra como un espejo incómodo para los políticos tradicionales. Mientras el dólar baila al ritmo del alza, la ‘locura’ de Milei despierta preguntas sobre la sensatez de la clase política y pone a prueba la cordura económica a 10 días de las generales.”
Las últimas horas se han visto profundamente agitadas por la creciente tensión cambiaria del dólar libre, en un claro síntoma de una sociedad con una economía crónicamente enferma, cuyo único remedio casero es la compra compulsiva de dólares para refugiar la capacidad de ahorro. Para ubicar en tiempo y espacio al lector: el 29 de septiembre de 2023, 48hs antes del primer debate presidencial, cerró su cotización a $800.-. Para el 10 de octubre, 3 días después del segundo debate y 12 días después del primero, la cotización cerró $1.015.-. Si nos remontamos al 3 de agosto de 2022, día en que asumió el actual Ministro de Economía y candidato a Presidente, Sergio Massa, la cotización cerró a $290.-. En otras palabras, desde que Massa asumió, hasta 48hs previas al primer debate, el dólar libre casi se triplicó. Y hasta el momento en que se publica esta nota (12/10/2023) casi se cuatriplica.
Uno puede mirar a la región y advertir que paises como Brasil, Uruguay o Chile, por citar tres ejemplos cercanos, no tienen esta psicosis con la moneda estadounidense, indistintamente de la ideología política que se encuentre gobernando. A pesar de que se me puede objetar que ha habido gestiones con mejores y peores números en estas áreas, es más que obvio que ninguno se acerca a las “delirantes” cifras que hemos alcanzado recientemente -y lo que queda por alcanzar-. Desde ya que resalto la palabra “delirante”, pues en un contexto donde hay un candidato a Presidente que constantemente es acusado, justa o injustamente, de ser un “loco” con ideas impracticables, este calificativo cobra mayor relevancia en la campaña política.
Recientemente, Javier Milei, quien propone dolarizar la economía, ha enviado un mensaje a los que cuentan con plazos fijos en pesos en los bancos para que no los renueven y los retiren del sistema. Acto seguido, el oficialismo y parte de Juntos por el Cambio (JxC) han salido a repudiar el mensaje por la “falta de responsabilidad política” por parte del candidato de La Libertad Avanza (LLA) y por “provocar una corrida bancaria para beneficiarse electoralmente”. Guste o no, vuelve a marcar la agenda de la discusión política a poco menos de 15 días para las elecciones generales, en un escenario pre-electoral que lo tiene como favorito a quedarse con el Poder Ejecutivo Nacional. Ha logrado, entre otras cosas, que lo que en un principio sonaba como un zumbido de locuras impracticables, hoy son consignas que moldean las discusiones de la mesa familiar y los programas de televisión. Tanto es así, que el rótulo de “loco” tiene un cambio de portador: los políticos tradicionales.
Atribuir la reciente escalada del dólar a los discursos de Milei refleja la desconexión y, en cierta medida, la irracionalidad de los políticos tradicionales. La magnitud de esta irracionalidad se manifiesta cuando un Ministro de Economía, sin formación económica, busca la Presidencia para resolver los problemas económicos que él y su gobierno han generado en cuatro años. Se evidencia también cuando un Ministro de Obras Públicas responde a la crítica de la gestión peronista con estadísticas irrelevantes sobre la presencia de satélites en órbita, en lugar de abordar los problemas reales como la pobreza y la infraestructura. La irracionalidad llega al extremo cuando el kirchnerismo busca avanzar mirando hacia un pasado remoto que carece de relevancia para un electorado que no vivió esos acontecimientos, sin considerar que durante sus 12 años de gestión la inflación acumuló un 900%. Además, es insensato ignorar que bajo el gobierno de Cristina Kirchner, con Guillermo Moreno como Secretario de Comercio, se amenazaba a empresarios y se controlaban los precios para frenar la inflación. En plena pandemia el gobernador de Jujuy y compañero de fórmula de Larreta, Gerardo Morales, incentivó al gobierno nacional a emitir sin miedo porque, según él, la emisión no genera inflación. La inflación del año pasado cerró en casi 100% y la de este se espera que el piso sea de 120%.
Los políticos tradicionales pretenden, de manera absurda, desconocer la locura de sus políticas durante dos décadas ininterrumpidas y esperan que el electorado atribuya todos los males del país a un candidato que ocupa cargos públicos desde hace poco más de un año y medio. Pretenden utilizarlo como chivo expiatorio donde depositan la causa de todos los problemas que el país enfrenta en este último trayecto. Paradójicamente una acusación que busca un beneficio electoral. La realidad, al fin y al cabo, es que la única encuesta válida para medir lo que puede llegar a pasar el 22 de octubre, es ver cuan alto sube el dólar. Mientras tanto, la locura de los políticos tradicionales escala al mismo ritmo que las posibilidades reales de Milei de ser Presidente aumentan.
